lunes, 16 de abril de 2012

La Batalla De Berlin


La Batalla de Berlín fue una de las batallas finales de la Segunda Guerra Mundial entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética, que trajo la rendición de Alemania ante el Ejército Rojo.

Trasfondo
Hasta el inicio de 1945 el Frente Oriental se había mantenido relativamente estable desde agosto de 1944 tras las consecuencias de la Operación BagrationRumania y Bulgaria habían sido forzadas a rendirse y declarar la guerra a Alemania, y además los alemanes habían perdido Budapest y la mayor parte de Hungría. De esta manera la llanura polaca fue abierta al Ejército Rojo.
Los comandantes soviéticos, avanzaron finalmente sobre la capital polaca en enero de 1945. Después de cuatro días de lucha el Ejército Rojo logró vencer la resistencia alemana y comenzó a moverse hacia el oeste, tomando los estados bálticosDanzig o GdanskPrusia del EstePoznań, trazando un nuevo frente a solo sesenta kilómetros al este de Berlín.
Un contraataque fallido llevado a cabo el 24 de febrero por el creado Grupo del Ejército Vístula, bajo el mando nominal de Heinrich Himmler, permitió al Ejército Rojo apoderarse de Pomerania y eliminar toda la resistencia en la orilla derecha del Óder. Mientras tanto en el sur, los continuos intentos alemanes de levantar el sitio de Budapest fallaron y finalmente la ciudad cayó ante los rusos el 13 de febrero. A pesar de que la derrota era inevitable Hitler seguía ordenando contraataques imposibles, así como la ejecución de tareas irrealizable. El 30 de marzo los soviéticos entraron en Austria y el 13 de abril tomaron Viena.
La producción militar alemana había caído a niveles desesperantes y las reservas de combustible eran insuficientes, las tropas alemanas peleaban con mayor fiereza que nunca . De esta manera la ofensiva hacia Berlín resultaba más lenta de lo que a Stalin le gustaba. Además la negativa de Hitler a abandonar la capital del Reich obligaba a los generales alemanes a defenderla a toda costa, ya que habían hecho un juramento de lealtad al Führer, el cual también había ordenado no evacuar la ciudad.
Stalin por su parte, hacía creer a Eisenhower que la ofensiva sobre Berlín era una distracción para una real ofensiva sobre Dresde, pero al mismo tiempo urgía a los generales Zhúkov y Kónev a capturar la capital del Reich lo más pronto posible para capturar todo lo posible de tecnología nazi en la capital. Durante un tiempo los estadounidenses planearon enviar paracaidistas sobre Berlín para capturarla, pero Eisenhower no tenía deseos de capturar la ciudad antes que los soviéticos y sabiendo que las bajas serían elevadas abandonó el plan.
Preparacion De la Ofensiva Sovietica.
El 9 de abril de 1945 la ciudad prusiana de Königsberg se rindió al Segundo Frente Bielorruso al mando del general Konstantín Rokosovski. Inmediatamente después Rokosovski y sus tropas avanzaron al frente del Óder. La orden de Stalin a sus generales había sido la de avanzar velozmente por un amplio frente, sin dejar espacios en la orilla derecha el río Rin que los aliados occidentales pudieran ocupar primero. Debido a dicha orden se realizó el despliegue de los Frentes de la siguiente manera: ElSegundo Frente Bielorruso al mando de Rokosovski avanzó por el norte, cubriendo el territorio desde el mar hasta Seelow, elPrimer Frente Bielorruso al mando de Zhúkov avanzó por el área frente a Seelow ya que a él se le había concedido el privilegio de llegar a Berlín primero, por último el Primer Frente Ucraniano de Kónev avanzaba al sur.
El 20 de marzo Hitler designó al general Gotthard Heinrici como reemplazo de un inoperante Himmler en el mando del Grupo de Ejército Vístula. Heinrici, adivinó las intenciones de Zhúkov y preparó tres cinturones defensivos cerca de Seelow, protegiendo una autopista que llevaba directamente a la capital del Reich. Debilitando el frente del Óder en otros puntos, trasladó soldados a Seelow y ordenó inundar la planicie que se extendía entre la población y el río Óder. Movió a todos sus hombres a la colina detrás de esta y dejó a un puñado para disimular la retirada. La localidad de Seelow era defendida por jóvenes soldados de la 9ª División de Paracaidistas, cedidos por Hermann Goering a Heinrici; estos inexpertos soldados solo tenían dos semanas de entrenamiento en infantería y eran dirigidos por expertos pilotos, que no tenían ningún conocimiento de las tácticas de combate terrestre.
Ofensiva en Seelow
El 16 de abril los cañones rusos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Óder. Para aquel momento Heinrici había retirado el grueso de sus tropas y las bajas fueron pocas. Los tanques rusos acompañados de infantería empezaron a cruzar la pantanosa planicie y a acercarse a la colina, pero los cañones antiaéreos colocados en la cima de la misma empezaron a diezmar a los tanques rusos y los alemanes empezaron a despedazar a la infantería rusa que se batió en lenta retirada debido al lodo.
Mientras tanto en el sur, el Primer Frente Ucraniano de Kónev iba avanzando de acuerdo al plan, empujando hacia atrás al IV Ejército Panzer del Grupo de Ejército Centro al mando del general Ferdinand Schörner, dicha acción estaba afectando peligrosamente tanto a Heinrici como a Schörner, ya que sus Grupos de Ejército se arriesgaban a ser envueltos.
Stalin, molesto por los contratiempos en Seelow, dio permiso a Kónev para liberar Berlín, presionando a Zhúkov, que envió sus reservas a combatir, logrando avanzar solamente seis kilómetros. Sin embargo Zhúkov siguió presionando, sufriendo enormes pérdidas, y en la noche del 18 de abril sus tropas finalmente llegaron al último cinturón defensivo que Heinricihabía levantado. Para el anochecer del 19 de abril el Frente Oriental había dejado de existir y los restos del 9º Ejército y el IV Cuerpo Panzer corrían el riesgo de ser rodeados por el I Frente Ucraniano que avanzaba desde el sur y el I Frente Bielorruso desde el este. Este último se encontraba a menos de sesenta kilómetros de Berlín y ninguna fuerza importante se les oponía.
El sitio de Berlín
El 20 de abril Hitler cumplió 56 años y la artillería soviética alcanzó Berlín. El I Frente Bielorruso de Zhúkov empezó a rodear la capital alemana por el noreste y el este. En el sur el Primer Frente Ucraniano de Iván Kónev quebraba el flanco norte del Grupo de Ejércitos Centro de Schörner. Al mismo tiempo el III Cuerpo Panzer era atacado por el Segundo Frente Bielorruso de Konstantin Rokosovski, que se abría paso entre Stettin y Schwedt.
Cuando Hitler se enteró que ciertos elementos del 9º Ejército del general Theodor Busse había tenido éxito defendiendo la localidad de Cottbus, ordenó que dicho ejército después de derrotar a las columnas soviéticas que se encontraban al norte, regresara al sur y junto con el IV Cuerpo Panzer que se encontraba más al sur, envolvieran al Primer Frente Ucraniano y lo destruyeran. Después de lograr esta proeza militar Hitler deseaba que las tropas alemanas cumplieran otra: avanzar al norte para formar la tenaza inferior que supuestamente envolvería al Primer Frente Bielorruso, mientras que el IV SS Panzerkorpscomandado por Felix Steiner sería la tenaza superior. Hitler,deseaba que el IV SS Panzerkorps de Steiner destruyera una fuerza soviética diez veces más poderosa.
Cuando Heinrici se enteró de esta orden imposible de cumplir, le hizo ver a Hitler que el 9º Ejército lejos de envolver a los soviéticos iba a ser cercado por ellos, además pidió permiso para retirar este ejército al oeste, de lo contrario él pediría su remoción del mando.
El 22 de abril Hitler se enteró de que Steiner no había podido avanzar como se había planeado al chocar con una feroz resistencia del I Frente Bielorruso, esta noticia destruía las esperanzas de Hitler para alejar a las vanguardias del Ejército Rojolo más posible de Berlín, y apenas enterado de la noticia el Führer sufrió un grave colapso nervioso. Hitler aceptó finalmente que "la guerra estaba perdida". Además anunció que se iba a quedar en Berlín hasta el final y que moriría allí.
El general Alfred Jodl sugirió entonces que el 12º Ejército del general Walther Wenck podría abandonar el Frente Occidental y dirigirse a Berlín para unirse al 9º Ejército al mando de Theodor Busse. Hitler aceptó la idea y envió las órdenes aWenck y a Heinrici.
Cuando Busse recibió la orden de dirigirse con sus tropas al oeste para encontrarse con el ejército de Wenck y luego regresar juntos a Berlín, se dio cuenta de que el regreso a la capital llevaría a un inútil derramamiento de sangre y decidió escapar al oeste para rendirse a los norteamericanos. Wenck estuvo de acuerdo y marchó hacia el este solamente para mantener abierta una vía de escape en favor de los civiles alemanes deseosos de huir ante el avance del Ejército Rojo, sin intenciones de sacrificar tropas para socorrer Berlín; después de sufrir numerosas bajas en la Batalla de Halbe, Wenck y Busse se dirigieron con sus fuerzas y varios miles de civiles hacia el Elba, donde los aliados occidentales los capturaron.
En Berlín los tanques soviéticos ya estaban llegando al anillo defensivo de la ciudad, mientras que en el norte el II Frente Bielorruso había avanzado 15 kilómetros más allá del Oder y tenía ocupado al III Cuerpo Panzer. Cottbus se había perdido y para el 23 de abril el 9º Ejército había quedado separado de la ciudad; parte del I Frente Ucraniano había partido al oeste para encontrarse con el 12º Ejército de Wenck.
El día 24 de abril Berlín quedo completamente sitiada. Hitler encargó al general Helmuth Weidling la defensa de la ciudad, mientras la Stavka soviética dejaba en manos de los generales Kónev y Zhúkov dirigir la captura de la ciudad. Stalin confirmaba al mariscal Konstantín Rokosovski como jefe del II Frente Bielorruso al norte de Berlín, evitando que Rokosovski participe en la toma de la capital del Reich.
Al día siguiente, el Segundo Frente Bielorruso cruzó finalmente la línea de defensa del 3º Cuerpo Panzer, lo que permitió a los rusos y a los norteamericanos el encuentro y primer contacto cerca de Torgau, en las márgenes del río Elba.
La batalla en Berlin
Las fuerzas disponibles para la defensa de Berlín, ahora que Busse había escapado al oeste con el 9º Ejército, eran varias divisiones de las Waffen-SS, restos de varias unidades de la Wehrmacht, jóvenes sin mayor experiencia de las Juventudes Hitlerianas, ancianos reclutados en el Volkssturm, policías, y veteranos de la Primera Guerra Mundial. A pesar de la superioridad numérica del Ejército Soviético la lucha en la ciudad fue muy feroz y se tuvo que pelear casa por casa.
El resultado de la batalla ya estaba sellado, pero la insistencia de Hitler en seguir la lucha impedía la rendición. De esta manera la ciudad sufrió graves daños mientras que el Ejército Rojo avanzaba desde el 24 de abril.
Las tropas soviéticas avanzaron desde los grandes ejes de avenidas. Para esas fechas los soviéticos se enfrascaron en violentísimo combate urbano con los defensores alemanes, siendo preciso lanzar obuses y artillería pesada contra edificios de todo tipo. Los defensores esperaban atacar a la infantería y tanques de los soviéticos mediante granadas y Panzerfaust desde lo alto de los tejados, conforme el Ejército Rojo penetraba en las zonas más céntricas de Berlín.
Los soviéticos también rehusaron usar la táctica de avanzar por las calles de Berlín, por su amplitud que los exponía al ataque enemigo y desarrollaron técnicas de combate en espacios cerrados: con granadas o Panzerfaust capturados rompían paredes de los inmuebles para avanzar de un edificio a otro, evitando bajar a las calles. Estas tácticas exigieron a los soldados alemanes enfrascarse en combates a muy corta distancia y obligaron a que la población civil se estableciera masivamente en sótanos, refugios antiaéreos, o en el Metro de Berlín.
Hacia el 25 de abril los soviéticos ya habían entrado en los distritos berlineses de Marzahn, Neukölln y Lichtenberg, mientras que las tropas alemanas retrocedían hacia la zona de los edificios gubernamentales, seguidos por el bombardeo tenaz de los soviéticos. El 26 de abril las fuerzas del Ejército Rojo alcanzaban el barrio de Tiergarten y los límites del barrio de Kreuzberg, mientras tomaban el aeropuerto de Tempelhof y todo el barrio aledaño. El día 27 de abril los soviéticos rebasaron finalmente el anillo defensivo basado en el Metro de Berlín y sólo las zonas céntricas del mismo quedaron en poder de los alemanes, cuyas tropas se veían cada día en una situación más crítica, sin opciones de refuerzos externos, y con una creciente escasez de armas, municiones y suministros médicos.
El 28 de abril los soviéticos avanzaron desde el norte acercándose peligrosamente al Reichstag, y por ende acercándose al búnker de la Cancillería, donde estaba Hitler.
En la mañana del 28 de abril Heinrici se negó a obedecer la orden de Hitler de retener Berlín sin importar las bajas e inmediatamente fue relevado del mando y reemplazado por el general Helmuth Weidling. No obstante, al requerir datos sobre la ofensiva del general Wenck, Keitel y Krebs supieron en la noche del 28 de abril que el XII Ejército había sido detenido por los soviéticos en Potsdam y había sufrido gravísimas bajas, siendo inviable para esta fuerza seguir avanzando hacia el este; por el contrario, las diezmadas tropas de Wenck marchaban apresuradamente al oeste, con el fin de rendirse a los estadounidenses al considerar perdida la batalla por Berlín. Keitel determinó que esta noticia no sea transmitida a Hitler, quien horas antes aún fantaseaba con posibles refuerzos del destrozado XII Ejército.
Durante las últimas fases de la lucha, los combatientes de las Waffen SS estaban mayoritariamente encuadrados en la División Nordland situada en el norte del perímetro defensivo de Berlín; esta división se hallaba entonces formada principalmente por holandeses y franceses, quienes combatían con mayor fiereza al saber que en sus países serían juzgados como traidores y ejecutados. Precisamente la División Nordland se encargaría de la defensa final de la Cancillería del Reich al quedar encerrada en ese sector desde el 29 de abril.
Suicidio de Hitler
la noche y la madrugada del 28 al 29 de abril, Adolf Hitler se casa con Eva Braun en una sencilla ceremonia donde acuden los principales habitantes del Führerbunker, incluyendo a los esposos Goebbels. Inmediatamente finalizada la boda, Hitler redacta su testamento político y personal. En la mañana del 29 de abril los soviéticos ya penetran en los barrios más céntricos: Kreuzberg y en Mitte.
En la mañana del 30 de abril los soviéticos lanzan su mayores ataques al centro de Berlín, alcanzan la Pariser Platz y están a la vista de la Puerta de Brandeburgo, apenas a unos centenares de metros de la propia Cancillería del Reich.
La tarde del mismo día 30, Hitler y Eva Braun se suicidan en el Führenbunker, inmediatamente después los dos cadáveres son rociados con gasolina y quemados en el patio trasero de la Cancillería del Reich por los ordenanzas y asistentes personales del Führer.
En la tarde del 30 de abril las tropas soviéticas lanzan su ataque sobre el Edificio del Reichstag, que desean tomar en pocas horas para ofrecerlo a Stalin como "obsequio" del Primero de Mayo.
Tras la muerte de Hitler, en la noche del 30 de abril Weidling envía al general Hans Krebs al cuartel general del general soviético Vasili Chuikov, jefe del Segundo Frente Bielorruso para acordar los términos de una rendición aceptable según los términos de Joseph Goebbels, quien dirige de facto a las fuerzas alemanas tras el suicidio del Führer. Chuikov es informado sobre la muerte de Hitler pero rehusa admitir las exigencias de Goebbels y anuncia que sólo puede aceptar una rendición incondicional. Impedido para aceptar esa oferta, Krebs retorna al Führerbunker poco antes del amanecer del 1 de mayo y comunica a los jefes políticos y militares sobre la respuesta soviética. Joseph Goebbels advierte que ante la respuesta de Chuikov las fuerzas alemanas en Berlín sólo tienen como salida proseguir la lucha.


Intentos alemanes de fuga
En la mañana del 1 de mayo, en el Führerbunker, Joseph Goebbels y su esposa asesinan con veneno a sus seis hijos, en la tarde de ese mismo día ambos esposos se suicidan disparándose en la cabeza. También esa tarde se suicidan en el Führerbunker los generales Wilhelm Burgdorf y Hans Krebs. En medio de la noche, los soldados y oficiales que aún han sobrevivido a la batalla en el cerco de Berlín huyen de la zona del Führerbunker para escapar en grupos con la intención de llegar a los territorios bajo control norteamericano. El general Weidling no participa de la huida al considerarla muy riesgosa, pero acepta que lo hagan sus subordinados mientrar intenta buscar un acuerdo para rendirse al Ejército Rojo en tanto ahora él es la máxima autoridad de Berlín tras el suicidio de Goebbels.
Los fugitivos de Berlín son liderados por el general Wilhelm Mohnke que aún dirige los restos de tres divisiones; a este grupo se unen Martin Bormann, el médico jefe de las SS Ludwig Stumpfegger, y el jefe máximo de las Hitlerjugend, Arthur Axmann. Al grupo de fugitivos militares se unieron varios civiles hasta sumar algunos millares de individuos, pero el intento fracasó en la madrugada del 2 de mayo en tanto la Stavka soviética estaba alertada de posibles intentos de ruptura del cerco.
Aunque un grupo numeroso de soldados y civiles llegó a Spandau, no pudo avanzar más lejos por la infantería soviética dotada de granadas y ametrallladoras. Otros fugitivos ni siquiera lograron cruzar los puentes sobre el Spree para huir del área metropolitana de Berlín y fueron sorprendidos por los soviéticos, que les cortaron la retirada con fuego de artillería pesada. En este intento perecieron varios cientos de alemanes, entre soldados y civiles. Murieron también Bormann y Stumpfegger, cuyos cadáveres reconocería Arthur Axmann días después. La gran mayoría de los fugitivos fueron muertos o apresados por los soviéticos y sólo unos pocos cientos lograron huir lo bastante lejos hasta rendirse a los estadounidenses.
Rendición alemana
Finalmente, a las 01.00 horas del 2 de mayo el general Weidling con su estado mayor envía un mensaje al general soviético Vasili Chuikov, jefe del Segundo Frente Bielorruso para solicitar la rendición incondicional. Para el amanecer de ese día las tropas soviéticas lanzan un asalto final hacia la Cancillería del Reich, pero hallan muy poca resistencia en tanto la mayor parte de los defensores se habían unido al fallido intento de "ruptura" lanzado por el general Wilhelm Mohnke.
Weidling rinde Berlín de manera incondicional el 2 de mayo a las 8.45 horas y requiere por radio a los defensores alemanes que cesen la lucha de inmediato, con lo cual termina la batalla. Para esas horas los focos de resistencia alemana en la ciudad eran ya muy reducidos y la mayor parte de las ruinas de Berlín estaban bajo control soviético. Ante la orden de Weidling, algunos nazis fanáticos optan por suicidarse en la mañana del 2 de mayo.




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